Día 18, Pivotear
01/05/2024 / 50 DíasHoy es el día número 18 y resultó ser sumamente agotador y saturado. Como ayer hice mucho ejercicio, desde el inicio sentí dolor en gran parte del cuerpo. Durante la mañana tuve terapia, y sinceramente, fue una sesión bastante productiva. Me di cuenta del tipo de vida que quiero llevar y compartí con mi terapeuta la epifanía que tuve durante mi viaje a Morelia. Su respuesta fue reveladora: “Creo que Morelia te permitió a tu cuerpo mostrarte qué tipo de vida te gusta vivir, qué tipo de vida quieres”. Fue un verdadero avance; poder verbalizarlo es, sin duda, interesante. Salí feliz de esa sesión.
Luego, tuve una larga charla con mi pareja; una discusión franca en la que ambos fuimos muy sinceros sobre nuestros sentimientos y aprendimos cosas nuevas. Quedó pendiente discutir cómo resolveremos ciertas cuestiones sobre nuestros sentimientos y sobre todo, cómo lograr que ambos podamos ser nosotros mismos sin limitarnos mutuamente. Esta es la posibilidad que estamos evaluando.
El resto del día lo ocupó el trabajo, mucho trabajo. Me reuní brevemente con unos amigos y luego continué trabajando. Fue muy frustrante porque el programa no funcionaba; al final lo solucioné, pero mi cerebro ya estaba agotado, así que el resto del día realicé actividades más ligeras.
Después tuve una junta con el equipo de ETAL, específicamente con la sección de comunicación y marketing. Fue interesante porque me reuní con la persona del equipo que hasta ahora había sido menos expresiva, pero conversamos bastante bien y fue algo entretenido; nos conocimos mejor, lo cual valoré enormemente. También acordamos varios temas relacionados con la empresa.
Más tarde, salí a comprar pan y aproveché para dar una vuelta con mi pareja. Al volver, me concentré intensamente en una tarea de matemáticas, pues solo me quedaban unos minutos para una reunión con mi equipo, a quienes debía presentar.
Finalmente, me relajé viendo historias en Instagram, lo que me alegró bastante. En resumen, estas fueron las actividades principales de hoy. ¿Por qué las menciono? Porque, al sentirme saturado mientras hacía la tarea, y recordando la nota del día 20 sobre la importancia del equilibrio, me di cuenta de que estaba sobrecargado. Me grité a mí mismo: “¡Esto no está equilibrado!” y eso realmente me estaba afectando. Era demasiado insistir con el mismo ejercicio, por eso es crucial no dejar las cosas para el final, ya que esto genera un desequilibrio que no podemos ignorar.
Entendí que había sobrecargado mis responsabilidades, reconocí el desequilibrio y reflexioné sobre lo que podría hacer para restablecer el balance. Tomármelo con más calma fue una buena maniobra para retomar el control. Ahora solo queda asegurarme de que: 1. Deje de ser un hábito dejar las cosas hasta el final y 2. Me habitúe a reconocer cuando esto está ocurriendo y pueda realizar maniobras evasivas.
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